sábado, 10 de noviembre de 2018

SOY EL FLAMENCO por Francisco Morón



            Yo soy el flamenco, me expreso a través de los poros de los sentimientos, ¿Qué como lo hago? Muy sencillo, te utilizo a ti, como utilizo a todos y todas, pues al no tener nada físico me tengo que valer de vosotros para expresarme.
(que, que soy? Mejor preguntame ¿Quién soy? ¿Qué si tengo alma? Pues sí, tengo alma ¿no has oído hablar del alma del flamenco?  ¿y de los  duendes?  ¿no has oído hablar del duende del flamenco? Pues yo soy el duende del flamenco, un duende sin cuerpo pero mucho mas denso que el cuerpo humano, guardando dentro de mi mucho mas contenido que él, mucho mas sabio, y además soy eterno. 
         ¿Te imaginas? Un duende, poeta y eterno, el duende del flamenco, pero nada de esto tendría el mas mínimo valor si no fuera por lo mas valioso, de hecho, si solo fuera eso, yo, el flamenco no sería nada, porque nada somos ni vosotros los humanos ni los duendes, sin el amor, las pasiones, los sentimientos, el dolor, el grito, el llanto desgarrado de un pueblo, de un corazón que sangra de puro tormento, por no ser correspondido, por sentirse despreciado, ignorado, traicionado, humillado, el flamenco es puro sufrimiento puro fuego, un fuego que quema por dentro, con mas intensidad que el crisol mas ardiente.
         A veces en el flamenco se intercambian los papeles y de esta manera la guitarra adquiere el papel de la palabra y cuando esto sucede la garganta asume el de la música, entonces ambas, en un momento sublime y extraordinario alcanzan la cima, el cenit de la pureza en la perfección.